martes, septiembre 25

Nuestro breve y largo amor...


Te quiero mucho miamor. Ahora lo digo también en este espacio en la web que nació entre tus pechos, una noche como tantas en que te contaba mis anhelos y mis dudas.

Recuerdo que esa noche, hace varios meses, te comenté sobre esto de los blogs y ni tú ni yo teníamos idea de qué mismo eran.

Y mira tú, aunque nadie nos escriba un comentario o muy pocos empiecen a leer lo que escribimos, esta vez te escribo desde cualquier parte para que lo leas donde quieras.

Y algún día también contaremos por este y otros medios algo de la aventura de querernos con locura, como dos amantes que continúan en fuga porque esa es la única manera que conciben el amor.

Justo hace un año todavía estábamos en el penúltimo asiento del primer bus que vimos cuando llegamos al Terminal Terrestre de Quito. (Escribo esto cuando son poco más de las seis de la tarde). Subimos sin preguntar muy bien a dónde iba. Sólo queríamos alejarnos y lo hicimos. Fue nuestra luna de miel, lo recuerdas, luego lo supimos. Siempre hicimos las cosas un poco al contrario de lo que se supone está bien. Siempre un poco al revesados y distraídos...

Y bueno, ya me puse a escribir tarde y lo que más quiero es llegar a verte porque después de todo, un 25 de septiembre nos fuimos tan sólo para amarnos, aunque no sabíamos que a veces el amor también trae sufrimiento y dolor.

Te reamo miamor, y espero que nuestro complicado amor breve algún día sea también una boda de perlas...




2 comentarios:

Daniel Solorzano Salazar dijo...

No sé si el escrito merezca un comentario porque es muy personal y pasional. Por lo tanto me separo del tema, privadísimamente público, para expresar mi gratitud por las letras que aqui se exponen. De verdad es un espacio gratificante que permite descubrir que lo común es más especial de lo que creemos. Enhorabuena.

Yo soy del Quito dijo...

Gracias cronista...